Las cerezas chilenas son especialmente valoradas por su sabor y por su aporte nutricional, ya que constituyen una importante fuente de antioxidantes, vitaminas A, C, potasio, hierro, ácido fólico y fibra. Sin embargo, su producción y exportación presenta elevados riesgos, ya que es un producto muy sensible a factores climáticos adversos. El cracking en cerezos es una problemática que impacta en la calidad de fruta. ¿Es el manejo el riego en cerezo un factor para su incidencia?

¿Cómo obtener un producto de exportación?

El cultivo de cerezas tiene necesidades especiales, de cuya satisfacción dependerá que se alcancen los parámetros de calidad exigidos por el mercado externo:

• Una determinada acumulación de horas de frío (difiere según la variedad)
• Suficiente agua
• Clima favorable durante la floración
• Ausencia de heladas primaverales y de granizo
• Poco viento
• Ausencia de lluvias antes de la cosecha
• Temperaturas adecuadas en poscosecha. 

Si falla alguno de estos factores, las mermas pueden ser cuantiosas. Así, por ejemplo, lluvias intensas en los días previos a la cosecha pueden arruinar hasta el 40-50% de la producción. 

¿Qué es el cracking? 

El cracking en cerezos es uno de los parámetros que afecta en gran medida la calidad de las cerezas para exportación, corresponde al daño por partidura o cracking, que ocaciona graves pérdidas, especialmente en zonas donde tienen lugar lluvias frecuentes durante la madurez de los frutos.

Créditos: Mundoagro.com

¿Cuáles son los síntomas que permiten identificar el cracking en cerezos?

El cracking se caracteriza por la aparición de grietas en la capa externa de la piel de la cereza. Por lo general, aparecen alrededor de la cavidad del pedúnculo donde el agua se acumula más fácilmente, aunque también pueden aparecer en otras partes del fruto.

El daño es detectado inicialmente como un aumento en la turgencia de las células epidermales y luego visualmente como grietas. Se trata de síntomas que pueden aparecer antes y durante la cosecha de la fruta, momento en que se produce un movimiento del agua desde los brotes y hojas hacia el fruto.

¿Cuáles son sus causas del cracking en cerezos?

El cracking se produce cuando la superficie de la fruta entra en contacto con el agua por un período prolongado. Lluvias abundantes o una elevada humedad relativa en el momento de la maduración, sumadas a elevadas temperaturas, aumentan la presión interna de los frutos más allá de la capacidad de su piel, produciéndole partiduras.

El factor desencadenante es la diferencia entre la presión osmótica del agua de lluvia sobre la epidermis del fruto y la de la solución concentrada de azúcares y otras sustancias presentes en la pulpa de la cereza, que determina el ingreso del agua hacia el interior del fruto para equilibrar este diferencial osmótico.

Las células localizadas debajo de la cutícula absorben el agua aumentando su volumen, lo que provoca la separación de la cutícula de la pared celular de la epidermis; en consecuencia, se producen fracturas cuticulares.

El área pedicelar resulta más sensible a las partiduras debido a que no está protegida por la cutícula, por lo que el ingreso de agua es más rápido. La única forma que tiene la fruta madura de eliminar este exceso de agua es a través de la transpiración. Por lo tanto, condiciones que reduzcan su habilidad para transpirar, como alta humedad y escaso movimiento de aire dentro de la copa del árbol, incrementan las posibilidades de incidencia del cracking luego de una lluvia. 

La severidad del daño producido dependerá de múltiples factores: la variedad escogida, la duración de la lluvia, el estado de madurez del fruto y la temperatura ambiental. 

¿Qué medidas implementar para mitigar el cracking en cerezos?

El cracking constituye un factor de pérdidas económicas muy importante para los productores de cerezas. Aunque los factores climáticos no pueden ser controlados, existen alternativas que permiten protegerlas físicamente ante situaciones de lluvias prolongadas o densas neblinas que pudieran causar partiduras en los frutos. Entre ellas, figuran las siguientes:

• Implementación de cobertores (mallas plásticas) 10 a 15 días antes de la cosecha. Este es considerado el mejor método para prevenir este tipo de defectos (y es el más habitual). Aunque su costo es elevado, ofrece una relación costo/beneficio positiva. Sin embargo, trae aparejados algunos efectos detrimentales en la calidad de la fruta, como su menor dureza y la presencia de sólidos solubles a cosecha, los cuales deben ser manejados apropiadamente para lograr un cultivo sostenible.

Uso de cobertores plásticos. Fuente: Chilecerezas.

• Remoción del agua de la superficie del fruto inmediatamente después de la lluvia. Para ello, hay distintas opciones disponibles: la utilización de turbo nebulizadores sin carga para generar chorros de viento; los llamados blowers, y el empleo de helicópteros que usen el rotor a contracorriente. Esta última medida tiene un costo elevado, pero tiene gran  efectividad para remover el agua de los árboles, especialmente aquella que se aloja en la zona pedicelar.

• Aplicaciones en precosecha de soluciones de calcio, solo o en mezcla con otros fertilizantes foliares y ácido giberélico. Son muy utilizadas para reducir la incidencia de partiduras, dada su capacidad para generar agua con un potencial osmótico menor al tocar el fruto. Esta estrategia permite que el agua se mantenga la mayor cantidad de tiempo posible fuera de los frutos por efecto de un equilibrio osmótico. Sin embargo, es una operación complicada que demanda de uso de maquinaria específica y se debe aplicar con intervalos de máximo dos horas para morigerar el efecto de “lavado” provocado por las precipitaciones.

• Ceras y polímeros hidrofóbicos. Para que sean eficaces es necesario realizar aplicaciones sucesivas y bien controladas.

• Elección de las variedades menos susceptibles al cracking. Es conocida la diferente sensibilidad varietal de las cerezas a las partiduras. Se cree que este fenómeno está relacionado con la diferente permeabilidad y elasticidad de la cutícula, que permitiría una mayor o menor entrada de agua del exterior al interior del fruto. 

Incidencia del riego en el cracking de cerezos

Si bien existe amplio consenso respecto a que el daño por partidura en cerezas se origina principalmente por el ingreso del agua a través de la cutícula, también existe un componente importante de este daño que se origina por el ingreso de agua por la vía vascular y a través de la raíces. 

Numerosos trabajos han demostrado que existe un número significativo de frutos partidos en árboles de cerezos protegidos de la lluvia con cubiertas plásticas. Además, se ha establecido que uno de los factores más importantes en la partidura de cerezas es el repentino incremento en la humedad del suelo durante la etapa III del desarrollo del fruto, sobre todo si con anterioridad se ha detectado una deficiencia hídrica. Por ello es muy aconsejable mantener la uniformidad en los riegos, evitando cambios abruptos en el contenido de humedad presente en el suelo.

En síntesis

La imagen es fundamental a la hora de introducir nuestra producción en el mercado, por lo que detalles como la presentación, presencia o empaquetado son fundamentales para obtener los resultados económicos esperados. Por esta razón, un modelo de control integrado, que involucre diversas técnicas de manejo debe ser considerado una prioridad para disminuir el riesgo de cracking en zonas o temporadas problemáticas.

Bibliografía

• Andreas Winkler, Stefanie Peschel, Kathleen Kohrs and Moritz Knoche. 2016 Rain Cracking in Sweet Cherries is not Due to Excess Water Uptake but to Localized Skin Phenomena. Journal of Amercian Society of Horticultural Science. 114; 6, Pp. 653-660.
• Andreas Winkler, Isabell Blumenberg, Lucas Schürmann and Moritz Knoche. 2020. Rain cracking in sweet cherries is caused by surface wetness, not by water uptake. Scientia Horticulturae. Vol. 27.
• Jianfeng Zhou, Lav R. Khot, Troy Peters, Matthew D. Whiting, Qin Zhang, David Granatstein. 2016. Efficacy of unmanned helicopter in rainwater removal from cherry canopies. Computers and Electronics in Agriculture. Vol. 124. June 2016, pp.161-167