Los cítricos son especies con una baja huella hídrica, pero al mismo tiempo son muy dependientes del manejo de riego, que incide directamente en su rendimiento y calidad. En este sentido, es muy importante realizar una adecuada gestión del riego para entregar el agua en forma eficiente y oportuna. Para lograrlo, se necesitan sistemas de alta eficiencia, bien calibrados y contar con un programa de riego.
En el siguiente artículo, encontrarás información clave para calcular e implementar correctamente un programa de riego para cítricos.
Los cítricos y el agua
En países ubicados hacia el Cono Sur, que tienen climas mediterráneos con tendencia a semiáridos, el agua de riego es un factor fundamental de producción. Cuando se está más cerca del 100% de los requerimientos de agua, también se está más cerca de obtener el potencial productivo de la especie o la variedad y los cítricos no son la excepción. Necesitan agua para producir, tener calidad y sobre todo, calidad exportable.
¿Cuánta agua consume un huerto adulto de cítricos?
Los frutales, en general, tienen consumos de agua parecidos. Para los cítricos se estima un consumo de entre 7.500 y 12.000 m3 por hectárea al año, con una producción promedio de entre 30 y 45 toneladas por hectárea (dato que puede variar según cada frutal).
Es sabida la necesidad de agua como factor de producción. En ciertas geografías y climas es indispensable el riego, pero no es posible desconocer que el agua es un recurso que hay que cuidar. Si bien, la agricultura es una de las actividades con mayor consumo de agua, hay una buena noticia para los productores de cítricos. En las siguiente secciones encontrarás pautas para la implementación de un plan de riego y contarás con consejos de monitoreo y buenas prácticas para lograr hacer un uso eficiente del recurso hídrico.
¿Cuál es la huella hídrica de los cítricos?
Los cítricos tienen una huella hídrica menor que otros frutales. Algunos estudios (Gil, Cea, Marambio, Ibarra 2019) muestran que mientras mandarinos, limoneros y naranjos tienen una huella de entre 200 y 400 litros por kilo en promedio, los paltos y cerezos se ubican en el orden de los 1.000 litros por kilo y los almendros alcanzan los 1.800 l/kg promedio.
Dos claves en riego de cítricos: tiempo y frecuencia de riego
Para gestionar mejor el agua, y ser más eficientes, se necesita un programa de riego. Esta planificación permite calcular los tiempos y la frecuencia de riego, en base a ciertos datos.
1 – Tiempos de riego
Para estimar el tiempo de riego (TR) es necesario contar con 2 datos básicos: la demanda bruta (Db) y la intensidad de precipitación del sistema (Ipp). Ver figura 1.
Figura 1. Fórmula para calcular tiempos de riego
TR: tiempo de riego
DB: Demanda bruta
Ipp: Intensidad de precipitación
¿A qué llamamos demanda bruta? Al consumo de agua del cultivo, es decir, la cantidad de agua que necesita.
Para calcular la demanda bruta es preciso considerar, además, el agua extra que se debe aplicar en caso de que el suelo tenga sales que requieren ser lavadas. También, se debe tener en cuenta la eficiencia del sistema de riego.
Para calcularla es preciso considerar:
- El agua extra que se debe aplicar (en caso que el suelo tenga sales que requieran ser lavadas=
- La eficiencia del sistema de riego
¿Cómo calculamos la precipitación del sistema de riego? Para estimarla resultan claves datos como, por ejemplo, los litros por hora del caudal de los emisores (goteros o microaspersores), el número de emisores por planta, el marco de plantación, e incluso podría ser importante considerar el coeficiente de uniformidad del sistema de riego. El aforo es la práctica que no solo nos permite conocer la precipitación del sistema, sino también es parte del control para revisar la salud del sistema de riego.
Para estimarla resultan claves datos como, por ejemplo:
- Los litros por hora del caudal de los emisores (goteros o microaspersores)
- El número de emisores por planta
- El marco de plantación
- El coeficiente de uniformidad del sistema de riego
- El aforo: práctica que no solo nos permite conocer la precipitación del sistema, sino también es parte del control para revisar la salud del sistema de riego.
2. Frecuencia de riego
Las fórmulas anteriores están estimadas en base diaria. En el caso de que no se riegue todos los días, es preciso contemplar la capacidad de retención del suelo, en el cual se almacenan agua, nutrientes y oxígeno.
Para calcular la frecuencia de riego (es decir, cada cuánto se llenará ese “estanque” que es el suelo) se consideran los siguientes datos: el agua fácilmente aprovechable (AFA) y el consumo de agua que tiene el cultivo (ETc).
Figura 2. Fórmula para calcular frecuencia de riego
Por ejemplo: si tenemos una capacidad de estanque de suelo de 10 mm, y el consumo del cultivo es de 1m/día, es posible estimar la frecuencia de riego cada 10 días.
Cuando la frecuencia no es diaria, es necesario hacer ajustes en el tiempo de riego.
Figura 3. Fórmula para ajustar tiempos de riego.
Los 3 pasos para implementar un programa de riego
El programa de riego es para el agricultor, lo que el plan de vuelo es para un aviador. Planificar correctamente el riego significa gestionar mejor el agua y también aprovechar el tiempo disponible, sabiendo que ya está calculada el agua que se necesita aplicar.
Entonces, ¿cuáles son las consideraciones para un correcto programa de riego?
1 -Conocer las necesidades hídricas del cultivo
Para implementar un programa de riego, lo primero es conocer la necesidad hídrica del cultivo, es decir su consumo de agua. Tal necesidad va a depender de la evapotranspiración, de la ecofisiología de la planta y de las características o respuestas de la especie (en este caso, los cítricos) al agua.
Son tres factores a contemplar en relación a las necesidades hídricas del cultivo:
- El clima: que permite calcular el valor de ETo.
- El cultivo: por el cual se obtiene el valor de Kc, y luego permite ajustar la Eto a Etc.
- Otras variables: hay que considerar que la Eto debe ajustarse en función del tamaño del huerto, de su edad, del factor de sombra e incluso de la Fracción de Lavado.
La importancia del Kc
El coeficiente de cultivo (Kc) depende de varios factores. Entre ellos, el más importante es el índice vegetativo, o índice de área foliar del cultivo. Es decir que, en la medida que el cultivo tenga mayor área foliar, mayor será su coeficiente y estará, por ende, más cercano al valor de evapotranspiración potencial. Bajo esta variabilidad de Kc, el uso de Kc de bibliografía o teóricos sirve de referencia pero no termina entregando un valor ajustado a cada situación. El avance de la tecnología ofrece hoy valores de Kc precisos para cada sector de riego, integrando esta variabilidad mencionada. A través de imágenes satelitales con las que se determinan índices vegetativos, se estiman los valores de coeficiente de cultivo adecuados a cada sector de riego. Los nuevos satélites lanzados incorporan frecuencia temporal y espacial, lo que permite la obtención de más y mejores valores de Kc y con ello, un cálculo más preciso de la Etc.
2 – Conocer y mantener en buen estado el sistema de riego
Es sabido que regar por inundación no es igual que hacerlo con un sistema localizado. En el riego por goteo se estima hasta un 90% de eficiencia, mientras que en los sistemas por inundación (o por surco) la eficiencia se reduce por debajo del 50%.
Entonces, para mantener el sistema de riego en buen estado es necesario conocer 3 datos claves.
¿Cuáles son los 3 datos que se deben conocer sobre el sistema de riego?
- Eficiencia. La eficiencia nominal de los sistemas de riego localizados, como goteo, es del 90%. Sin embargo, si los goteros están tapados o el sistema está funcionando con presiones que no corresponden, lo más probable es que la eficiencia se encuentre reducida. Es muy importante medir y chequear los caudales reales respecto del valor nominal.
- Precipitación del sistema de riego.
- Porcentaje de suelo mojado.
3 – El suelo como estanque
Al considerar el suelo como un estanque, lo primero a tener en cuenta es su textura. Un suelo de textura arcillosa tiene una capacidad de retención de agua distinta a la de un suelo arenoso. Así como un suelo que tiene piedra retiene menos que aquel que no las tiene. Antes de comenzar un programa de riego es importante hacer un estudio, conocer y saber cuáles son las características del suelo.
Cuatro conceptos importantes sobre el suelo:
La disponibilidad de agua para las plantas se expresa a través de las constantes hídricas del suelo que indican cuánta agua queda retenida a distintas succiones o tensiones del suelo:
- Punto de marchitez permanente (PMP)
- Capacidad de campo (CC)
- Saturación (SAT),
- Agua útil (AU)
¿Cómo calculo el tamaño real de mi estanque?
Para estimar el agua disponible total en milímetros es necesario identificar datos como la densidad aparente del suelo, la profundidad a la que llegan las raíces, la cantidad de piedras existentes y el porcentaje de suelo mojado del sistema de riego.
Figura 5. Fórmula para estimar agua disponible total (ha y mm)
¿Qué es el umbral de riego? Hace referencia a la señal que indica cuánto se puede dejar agotar el estanque antes de volver a regar. La clave es mantenerse en un estanque de seguridad, en el que nunca se llega al punto de marchitez permanente, dado que los cítricos son sensibles a la falta de agua en algunos periodos.
¿Cómo definir la frecuencia de riego en función del suelo?
Figura 6. Fórmula para calcular frecuencia de riego
La frecuencia de riego se calcula a partir de la capacidad del estanque (AFA), dividida por el consumo de agua del cultivo (Etc).
Momentos críticos en los cítricos
Al observar la curva fenológica de los cítricos, se puede apreciar el nivel de sensibilidad al estrés hídrico que tiene este cultivo en algunos momentos de su ciclo vegetativo, sobre todo durante el período de brotación- floración.
Vale recordar que en la Fase 1 se produce un crecimiento exponencial del fruto, sucede la máxima división celular y el crecimiento en el grosor del pericarpio. Se forman los sacos o vesículas del jugo.
Luego, en la Fase 2 que dura varios meses, hay un crecimiento lineal y un aumento del tamaño y diferenciación de células; el fruto absorbe gran cantidad de agua y alcanza su tamaño definitivo. Esta etapa termina con el cambio de color de la capa superficial de la cáscara. Coincide con otro de los momentos críticos o de mayor sensibilidad de los cítricos a la falta de agua.
Durante la Fase 3 hay una reducida tasa de crecimiento y es el momento en el que ocurren todos los cambios asociados a su maduración. También aumenta el contenido de sólidos solubles. En esta fase hay mayor tolerancia a la falta de agua.
Figura 7. Sensibilidad al estrés hídrico en cítricos
Tres efectos del déficit hídrico
- La caída de frutos se acentúa por el estrés hídrico.
La hipótesis es que en condiciones de altas temperaturas y falta de agua se cierran los estomas y, con ello, disminuye la fotosíntesis y la asimilación neta de CO2.
Entonces, hay menos alimento para todos los frutos y comienzan a caerse aquellos que están en desventaja. - Disminución del calibre e incremento de la caída fisiológica de frutos.
Si bien durante el período de maduración de los frutos hay una menor sensibilidad a la falta de agua, en países como Chile (y otros del hemisferio sur) no se recomienda el riego deficitario debido a que puede ocasionar disminución de los calibres e incremento de la caída fisiológica de frutos. - Mayor incidencia de problemas de creasing y splitting, y, por lo tanto, tener un efecto negativo en la producción y comercialización.Párrafo nuevo.
Siete consideraciones sobre el riego en cítricos. Lo más y lo menos.
- Son altamente sensibles al déficit hídrico. Cualquier falta de agua durante el desarrollo del fruto disminuye rendimientos, calibre y contenido de jugo de la fruta.
- Cuando son sometidos a un déficit hídrico se puede observar un aumento de sólidos solubles, de la acidez del jugo y del grosor de la cáscara. Además, hay un mayor número de frutos con clareta o “creasing”.
- Un exceso de agua podría disminuir el contenido de sólidos solubles y una dilución de la acidez.
- El riego favorece el crecimiento y desarrollo vegetativo.
- El riego promueve la floración en condiciones áridas.
- El riego reduce la caída fisiológica de frutos (es decir, el aborto natural).
- El riego mejora el tamaño final de los frutos.
Bibliografía
https://www.fao.org/3/x0490s/x0490s00.htm